La sala de la galería D'Museo resultó pequeña ante la avalancha de seguidores de la caricaturista de El Universal, quien se presenta en otra de sus facetas, quizás más plástica, pero no por ello menos reflexiva.
Con curiosidad y beneplácito más de uno de sus seguidores se acercó hasta los Galpones de Arte de Los Chorros para conocer a Rayma y a su obra, tomarse una foto y solicitarle un autógrafo como si de una rock start se tratara. Y es que Rayma diariamente interpreta el sentir de la mayoría de los venezolanos, por eso quisieron estar con ella en esa mañana tan especial que significa su regreso a los pinceles.
Esta vez, coloca al espectador frente a un espejo para que reflexione junto con ella, y como lo dice el curador de la muestra, Rolando Peña, el "Príncipe Negro", logra que se vea no solo lo visible sino lo invisible.
Nuevamente esta comunicadora se presenta como una heroína, que sin miedo ni eufemismos defiende la verdad y para ello tomó como gran aliado al color. Gracias a sus trazos fuertes y definidos pone al público frente a su espejo, que no es otro que Venezuela. Por eso brindó con el bíblico vino.
Con curiosidad y beneplácito más de uno de sus seguidores se acercó hasta los Galpones de Arte de Los Chorros para conocer a Rayma y a su obra, tomarse una foto y solicitarle un autógrafo como si de una rock start se tratara. Y es que Rayma diariamente interpreta el sentir de la mayoría de los venezolanos, por eso quisieron estar con ella en esa mañana tan especial que significa su regreso a los pinceles.
Esta vez, coloca al espectador frente a un espejo para que reflexione junto con ella, y como lo dice el curador de la muestra, Rolando Peña, el "Príncipe Negro", logra que se vea no solo lo visible sino lo invisible.
Nuevamente esta comunicadora se presenta como una heroína, que sin miedo ni eufemismos defiende la verdad y para ello tomó como gran aliado al color. Gracias a sus trazos fuertes y definidos pone al público frente a su espejo, que no es otro que Venezuela. Por eso brindó con el bíblico vino.
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